domingo, 20 de enero de 2008

Greenpeace cree que la agricultura puede convertirse en un sumidero neto de carbono.

Un informe de Greenpeace señala que la agricultura tiene un elevado potencial para pasar de ser uno de los mayores productores de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del cambio climático, a un sumidero neto de carbono, siempre que se cambie el actual modelo agrícola-ganadero.
Esta es una de las principales conclusiones del nuevo informe de esta organización ecologista "Agricultura y cambio climático: impactos climáticos de la agricultura y potencial de mitigación", hecho público hoy.
El estudio, escrito por el equipo del profesor Pete Smith, uno de los autores del último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU), detalla las prácticas destructivas de la agricultura industrial que contribuyen al calentamiento global.
Además presenta soluciones factibles para minimizar esa contribución, entre ellas la reducción del empleo de fertilizantes, la protección de los suelos, el aumento de la producción de arroz y la reducción de la demanda de carne, especialmente en los países desarrollados.
En declaraciones a Efe Juan Felipe Carrasco, portavoz de agricultura de Greenpeace, insistió en que un modelo agrícola basado en el respeto a la materia orgánica del suelo, en no destruir los bosques y los ecosistemas puede lograr que se pase de una agricultura "netamente productora de cambio climático a una netamente absorbente de gases de efecto invernadero".
El informe señala que uno de los mayores problemas de la agricultura industrial es el uso masivo de fertilizantes y advierte de que más de un 50 por ciento de los mismos aplicados a los suelos se dispersa en el aire o acaba en los cursos de agua.
Uno de los GEI más potente es el óxido nitroso (N2O), con un potencial de producción de calentamiento global unas 296 veces mayor que el CO2, agrega.
Así, el empleo masivo de fertilizantes y las emisiones de N2O resultantes equivalen a 2,1 billones de toneladas de CO2 cada año, a lo que se añaden otros 410 millones procedentes de la producción de esos productos químicos.
La segunda mayor fuente de emisiones agrícolas es la ganadería, ya que al digerir los alimentos los animales producen grandes cantidades de metano, un potente GEI.
Cada kilo de cordero producido, por ejemplo, genera 17 kilos de emisiones y cada kilo de vacuno, 13 kilos, según el informe, que explica que el porcino y las aves, aunque también son grandes productoras de GEI, generan menos de la mitad de esas cifras.
Fuente: EFE

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