miércoles, 27 de febrero de 2008

Varias amenazas hacen peligrar el futuro de la pesca mundial.

(Imagen captada en las profundidades del mar. Foto: AFP)
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La sobreexplotación de recursos, el cambio climático o la contaminación amenazan con pasar factura al futuro de la pesca mundial y, por ende, a la alimentación de millones de personas, alertó la ONU en un informe publicado este viernes en Mónaco.
Es la primera vez que un estudio, presentado durante una sesión del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), dibuja un panorama global de los peligros a los que se expone el entorno marino, subrayando la 'sinergia' y el impacto de sus consecuencias en los próximos años.
"Hay demasiados barcos, equipados con demasiadas tecnologías, para pescar muy poco pescado", resume un experto. En el centro de las críticas, está la pesca con red de arrastre, una técnica que altera los ecosistemas, según la ONU.
Si bien el informe no cita a ningún Estado en particular, varios expertos interrogados por la AFP apuntaron a cuatro países que practican una sobreexplotación marina: Corea del Sur, que dispone de una flota de pesca considerable, España, cuya actividad está subvencionada y se ejerce más allá de aguas europeas, Japón y Rusia.
"La pesca es actualmente una de las actividades más destructivas del planeta", afirma un experto de la ONU. También es una de las más anárquicas, favorecida por una falta de información, observación y control. "La ausencia de datos sólidos, de observaciones en los océanos y una mentalidad de 'si no se ve, no cuenta' han provocado sin duda una mayor degradación del entorno marino de lo que se habría permitido" en el continente, indica en el informe la ONU.
Los cambios climáticos, que alteran la circulación de las grandes corrientes y perturban los mecanismos de 'purgación' de los fondos marinos, aceleran la desorganización general. Muchas variedades de plancton, una de las bases de la cadena alimentaria, están amenazadas, al igual que los arrecifes de coral, donde numerosas especies hallan sus alimentos.
La absorción por los océanos de cantidades crecientes de dióxido de carbono (CO2) aumenta además el nivel de acidez e inhibe por lo tanto la transformación de calcio necesaria para la supervivencia de los moluscos y los planctons calcáreos. Ostras, almejas y mejillones son las especies que corren un mayor peligro.
El informe señala además que la contaminación marina, en un 80% de origen terrestre, se va acelerando, particularmente en el este asiático y el sureste, donde el crecimiento demográfico acentúa la urbanización costera.
La ONU alerta contra el impacto acumulativo de estos fenómenos. "Si las presiones en las zonas de pesca no se reducen, el impacto puede ser catastrófico, llevando a la desaparición o a una fuerte reducción de las reservas de pesca", según el informe. A diferencia de los países del Norte, millones de personas de los países en vías de desarrollo no tienen elección ante su alimentación diaria: "comen pescado", sobre todo en las costas africanas, observa Nick Nuttal, portavoz de la PNUMA.
Christian Nelleman, responsable del equipo que ha elaborado el informe, emplaza a una toma de conciencia rápida de los dirigentes políticos. Antes de que sea demasiado tarde. "Estamos confrontados a señales cada vez más alarmantes que denotan cambios dramáticos en los océanos. Es como un gran petrolero al que se le debe obligar a dar media vuelta. El éxito depende de nuestra capacidad de actuar rápido", advierte.
Fuente: AFP

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