jueves, 5 de julio de 2007

Mongolia expone en un seminario de la OMS las alteraciones del cambio climático.


El aumento de las temperaturas ha secado grandes áreas de pastizal y ha causado otras alteraciones en Mongolia, un país particularmente sensible al cambio climático, según expusieron sus representantes en la reunión internacional que se clausuró hoy en Kuala Lumpur.
Mongolia ha perdido en los últimos diez años diez millones de reses de su cabaña bovina, compuesta por 32 millones de cabezas y que es quince veces superior al número total de habitantes, estimado en 2,5 millones de personas.
El director de Medio Ambiente de Mongolia, Tsesed Banzragach, y la investigadora del Instituto de Salud Pública, la doctora Oyunbat Baigali, relataron los problemas de su país en el seminario sobre cambio climático y salud en el sudeste y el este de Asia organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha congregado a más de 40 representantes del sector sanitario de 17 países.
En declaraciones a Efe, Banzragach lamentó la sensibilidad del clima en su país a los cambios provocados por el calentamiento global que, junto con la tala ilegal de árboles y las plagas de insectos, ha contribuido a que perdieran 1,6 millones de hectáreas de bosque en la última década.
El experto ambiental precisó que la temperatura media ha subido 1,8 grados centígrados en los últimos 64 años y apuntó que el verano es ahora 18 días más largo, mientras que el invierno se ha acortado 14 días.
Además, en los últimos años se han secado cientos de ríos, arroyos, pozos y estanques dedicados al ganado.
Indicó que este aumento de temperatura se ve interrumpido ocasionalmente por inviernos extremadamente fríos, que dañan las cosechas del campo y los pastizales por el exceso de hielo y nieve.
Los estragos causados sobre la ganadería están empujando, según Banzragach, "a cientos de campesinos a las ciudades en busca de una vida mejor, pero las ciudades no están preparadas para acoger a tantos habitantes por lo que es imposible atender todas sus necesidades".
Lamentó que "las enfermedades aumenten por la saturación del sistema sanitario y por el consumo de agua no potable" y dijo que "el Estado no puede escolarizar a todos los hijos de los campesinos que emigran a la ciudad".
Alrededor de un millón de mongoles habita en las ciudades en la actualidad.
Para luchar contra el calentamiento global, el Gobierno de Mongolia se ha marcado el objetivo de reducir los 5,3 millones de toneladas del carbón que se utilizan anualmente como combustible en los hogares y para generar electricidad.
"Actualmente el Gobierno quiere importar la tecnología adecuada de China y Japón para poder convertir el carbón en gas natural, ya que éste emite menos gases de efecto invernadero a la atmósfera", detalló Banzragach.
Para el especialista, su país está realizando un gran esfuerzo para combatir el cambio climático, pese a sus limitados recursos, porque es consciente de la vulnerabilidad de su ecosistema.
Mongolia es el séptimo país más grande de Asia, tiene el 81 por ciento de su territorio por encima de los 1.000 metros y ocupa extensos bosques de taiga siberiana, estepa, paisaje montañoso y del desierto del Gobi.
Las temperaturas oscilan entre los -8,5 y -52,9 grados centígrados en enero a los 28,5 y los 43 grados en julio, mientras que las precipitaciones llegan a los 400 metros cúbicos anuales en áreas del norte y a los 50 metros cúbicos por año en el desierto del sur.
La economía depende tradicionalmente de la ganadería y la agricultura, y posee extensos yacimientos de cobre, carbón, oro y otros minerales, que permiten abastecer en gran medida a su producción industrial.
FUENTE: EFE

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