lunes, 8 de febrero de 2010

Cooperativas sociales mejoran las vidas de los "cartoneros" argentinos.

La precariedad social que padecen los miles de "cartoneros" que viven de recolectar basura en Argentina está reduciéndose gracias a algunas cooperativas de reciclaje de residuos, que les dan un trabajo estable y los reintegran en la sociedad.

Este es el caso de la cooperativa "El Ceibo", cuyos 70 trabajadores recopilan, reciclan y venden los residuos sólidos inorgánicos (plástico, vidrio y papel) que les entregan centenares de hogares de Buenos Aires.


A diferencia de los tradicionales "cartoneros", los trabajadores de las cooperativas de reciclaje son mayores de edad, trabajan de día, disponen de un sueldo fijo y no revuelven las bolsas de basura sino que recogen, por separado, los residuos sólidos de las casas que colaboran con el proyecto.


"Estábamos excluidos de la sociedad y ahora hemos recuperado a las personas, hemos construido solos una empresa social autogestionada, sin ningún patrón", aseguró a Efe la presidenta de "El Ceibo", Cristina Lescano.


Lescano habla orgullosa de cómo ha cambiado su vida desde que en 1997 impulsó junto a otras personas el proyecto de la cooperativa, dejando atrás la etapa en que ella misma recolectaba basura y vivía en una casa ocupada.


"No tenemos que olvidar de dónde venimos, cómo empezamos", explicó esta emprendedora social, quién no puede ocultar su satisfacción por el crecimiento de la cooperativa y, especialmente, por "no depender de la ayuda" de ninguna administración pública.


"El Ceibo" empezó a funcionar en 2001, durante la crisis económica que sacudió Argentina, y su labor se divide en tres fases distintas: la búsqueda de nuevos hogares que acepten dar sus residuos a la cooperativa, el servicio de recogida de los deshechos y el proceso de reciclaje de éstos.


Para llevar a cabo estas tareas, la cooperativa cuenta con una decena de carros de recogida de residuos y varios camiones que transportan los deshechos hasta el centro de acopio de basura que gestionan en el este de Buenos Aires.


Tras unos inicios difíciles, la cooperativa se ha convertido en una referencia en los hogares del barrio porteño de Palermo, en el que inició sus actividades hace nueve años, y ha ampliado su abanico de proveedores hasta al ámbito empresarial, encargándose de la recogida de residuos de varios supermercados y hoteles.


Lescano aboga por exportar el modelo de "El Ceibo" a otras ciudades argentinas y latinoamericanas y se muestra confiada en que surja un "cambio de paradigma", con lo que su cooperativa sería reconocida por el Estado como una empresa de tratamiento de residuos que podría optar, por tanto, a los concursos de licitaciones.


"El Ceibo" es una de las sesenta cooperativas de recuperación de residuos agrupadas en la organización Central de Movimientos Populares (CMT), que lucha por un mayor reconocimiento de los derechos sociales de los "cartoneros".


El conjunto de cooperativas de la CMT dan trabajo a más de 4.000 personas y están presentes en 17 de las 24 provincias argentinas, señaló a Efe el secretario de Ecología y Ambiente de la CMT, Marcelo Arbit.


Arbit considera que estas cooperativas representan una "vanguardia cultural" mediante su defensa del medioambiente y la ecología en Argentina, un país en el que es escasa la cultura del reciclaje y apremian los problemas de almacenaje de residuos.


Desde la CMT se está impulsando la creación de una federación y un sindicato nacional que agrupe a las cooperativas de reciclaje de todo Argentina para lograr mayores beneficios sociales para este colectivo.


En este sentido, Arbit se muestra confiado en que la presidenta argentina, Cristina Fernández, accederá a la petición de la CMT de ofrecer planes de jubilación y protección médica a 100.000 "cartoneros".


Argentina cuenta con cerca de medio millón de personas que viven del "cartoneo", según fuentes del Movimiento Nacional de Trabajadores Cartoneros y Recicladores consultadas por Efe.


En Buenos Aires y su periferia, zona de unos 400 kilómetros cuadrados con alrededor de 11 millones de habitantes, hay cerca de 100.000 "cartoneros" y el 98 por ciento de ellos no forma parte de ninguna asociación.


Sólo en la capital argentina, donde viven unos tres millones de personas, se arrojan a diario entre 4.500 y 5.000 toneladas de residuos, que cada vez valen menos y cuesta más reunir y comercializar como consecuencia de la crisis económica global.

Fuente: EFE

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